Pedro Gallese, un arquero de renombre, demostró que su habilidad no se limita a sus manos, sino que también es un maestro con los pies. En una noche memorable en Ciudad del Este, este portero que defiende los colores de Orlando City, un equipo que algunos consideran que ya le queda pequeño, ofreció una actuación sobresaliente. Esta actuación se compara con sus destacadas presentaciones en La Bombonera durante el camino a Rusia 2018 y en Barranquilla hacia Qatar 2022.
Desde sus humildes comienzos como suplente de Eder Hermosa en la Sub-17 de Perú, Pedro Gallese ha recorrido un largo camino. Si bien en aquel entonces no era el protagonista principal, quince años después, es ampliamente considerado como el mejor arquero en la historia de la Selección Peruana, y algunos incluso lo ubican en lo más alto con una distancia considerable.
Su actuación en esta noche especial fue excepcional. Apenas a los 15 minutos del partido, después de que Luis Advíncula recibiera su primera tarjeta amarilla, Gallese se lanzó de un lado a otro de la portería para desviar el disparo de Diego Gómez hacia un tiro de esquina. Este fue el primer indicio de que Pedro, perdón por la familiaridad, estaba destinado a tener una noche inolvidable.
Sin embargo, Pedro Gallese no es solo un arquero que se desplaza de lado a lado; es como un pulpo que se estira para atrapar y detener todo lo que se le acerca. A los 34 minutos, Miguel Almirón soltó un potente disparo desde fuera del área, pero el portero, con sus puños, desvió el balón hacia un tiro de esquina.
La segunda mitad del partido también mostró otra faceta de la destreza de Gallese: su habilidad para defender con los pies. A los 66 minutos, nuevamente el jugador de Newcastle disparó a quemarropa, pero Gallese despejó el balón al lateral. Y a los 77 minutos, después de un poderoso cabezazo en el área chica, se estiró hasta el interior del arco y, con sus rodillas, mantuvo el balón girando en su propio eje.
En ese momento, Pedro Gallese, apodado cariñosamente “San Gallese”, parecía elevarse por encima de lo terrenal y convertirse en una especie de divinidad, un Dios, un ser superior al resto.
El resultado del partido tiene implicaciones históricas, ya que Perú ha encadenado tres partidos seguidos sin perder en Paraguay en las Eliminatorias Sudamericanas, un hito en su historia. Además, ha generado una estadística alentadora: todas las selecciones que han logrado un empate 0-0 en la primera fecha de las clasificatorias siempre han clasificado al Mundial. ¡Esperemos que estos sean más que simples milagros!
El próximo desafío para Perú es Brasil. La gran incógnita es si Pedro nos regalará otra noche de ensueño.
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